Gan Pampols se despide de Mazón otorgando la "dirección política" de las catástrofes al presidente de la Generalitat

«Tener amor a la responsabilidad y decisión para resolver». La frase, extraída del Decálogo del Cadete de la Academia General Militar, ha querido incluirla Francisco José Gan Pampols en una de sus últimas aportaciones al Gobierno valenciano del que dejará de formar parte el 4 de noviembre, según él mismo anunció. El teniente general retirado, al que Carlos Mazón encargó la misión de pilotar la reconstrucción como vicepresidente segundo de la Generalitat, deja así su particular firma en el nuevo Plan Director de Análisis, Anticipación y Reacción ante Catástrofes Naturales.
El documento, de 126 páginas, fue aprobado recientemente por el Ejecutivo de Mazón y es una de las patas del llamado Plan Endavant, que recoge las líneas básicas de por dónde debe ir la recuperación de Valencia tras la dana. El Decálogo del Cadete encabeza precisamente el capítulo dedicado a la estructura organizativa que debe regir a partir de ahora en la Comunidad Valenciana en caso de una emergencia.
Lo llamativo es que el nuevo plan director de Gan Pampols otorga por primera vez la «dirección política» de la emergencia al presidente de la Generalitat. Se trata de un aspecto relevante teniendo en cuenta que Mazón siempre ha justificado su llegada tardía al Cecopi el día de la dana con el argumento de que, sobre el papel, no forma parte del órgano que gestiona la emergencia.
En esta línea, el presidente ha defendido que no tiene ninguna competencia en la gestión de emergencias, tarea que aquel 29 de octubre recaía sobre la ex consejera Salomé Pradas. De hecho, la jueza de Catarroja que investiga la tragedia, Nuria Ruiz Tobarra, la mantiene imputada junto a su entonces número dos porque a ella le atribuye el «mando único» de la emergencia.
Según describe el plan director sobre el nuevo modelo de gobernanza, el objetivo es determinar «los mecanismos de gobierno para gestionar una emergencia, estableciendo el proceso de toma de decisiones, la articulación entre los órganos implicados y la interacción entre los distintos niveles de responsabilidad».
La pirámide de responsabilidades que plantea el documento sitúa la llamada «comisión delegada para el seguimiento y conducción de crisis» en la cúspide. El plan deja claro que se trata del «órgano político» a través del cual el Consell «podrá seguir la gestión de la emergencia». Por tanto, de él forman parte el presidente de la Generalitat, las personas titulares de las vicepresidencias, las personas titulares de todas las consejerías implicadas en la emergencia y el miembro del Consell que tenga entre sus funciones el papel de secretario.
Sus funciones tampoco dejan lugar a dudas: desde «determinar las directrices de la acción del gobierno encaminadas al seguimiento y conducción de la crisis» a «planificar y desarrollar las políticas necesarias para resolver la crisis». Sin olvidar, además, que corresponderá a este órgano político «adoptar disposiciones de carácter general relacionadas con la gestión de la crisis y sus efectos».
Por debajo de la dirección política estaría la dirección operativa, es decir, el Cecopi, definido como «el órgano superior de trabajo del Director/a del Plan para la dirección y coordinación de todas las actuaciones encaminadas a controlar la situación de emergencia». En la dana del 29 de octubre de 2024, la convocatoria del Cecopi le correspondió hacerla a Salomé Pradas.
El documento de Gan Pampols, además, precisa que forma parte del Cecopi el delegado o subdelegado del Gobierno. Así se visualizó en la dana de 2024, pues en aquel polémico Cecopi participó la delegada Pilar Bernabé. Ahora bien, si la Generalitat aseguró que era codirectora de este órgano, la jueza descartó este argumento. Entre las funciones del Cecopi figuran la recepción de los avisos y el asesoramiento al director del plan «en la toma de decisiones».
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